6.9.12

Caperucita en tren




Caperucita era una pequeña niña que vivía en una gran ciudad. Esta pequeña debía madrugar todas las mañanas a llevar el desayuno a su abuelita que vivía en un pueblo cerca a la ciudad. Para poder llegar hasta donde su querida abuelita debía tomar el mismo tren todas las mañanas.
Cierto  día todo cambio. Caperucita llegó a la estación  a tomar la  misma ruta, pero se demoró un poco, mientras esperaba se le acercó un lobo y muy discreto le preguntó:
-¿pequeña a donde te diriges?-
Ella, un poco asustada le contó que debía ir donde su abuelita a dejar el desayuno. El  lobo propuso entonces que ya que el tren estaba retrasado,  le prestaría su bicicleta para que llegara más rápido. Ella aceptó, pues estaba muy demorada con el desayuno de su abuelita. Caperucita cogió la bicicleta. Pedaleó y pedaleó  para poder llegar a tiempo. El lobo se quiso pasar de listo y tomó el tren que llegó unos minutos después de que Caperucita saliera de la estación. Por esta razón, llegó más rápido donde la abuelita. Tocó la puerta de la casa y ésta dijo:
“sigue chiquita, te habías demorado un poco”.
De repente, el lobo entró, la tomó por sorpresa y la encerró en el closet. Se puso la pijama de la abuela, y se acostó a la espera de Caperucita.
La niña llegó muy cansada de su trayecto en bicicleta y entró a darle el desayuno a su abuela. Se sorprendió muchísimo.
-         Abuelita… ¡qué ojos tan grandes tienes!- dijo Caperucita.
-         Son para verte mejor, hijita – respondió la abuela.
-         ¡abuelita, que orejas tan grandes tienes!- siguió ella-.
-         Son para oírte mejor – susurró
-         ¡abuelita, que boca Tan grande tienes!
-         ¡Es para comerte mejooooorrrr! – respondió dando un enorme salto para devorarla.

Caperucita empezó a gritar: “¡auxilio! ¡Ayúdenme! ¡El lobo me quiere comer!”. Casualmente, la Sijín estaba haciendo su recorrido de rutina. Al escuchar los gritos de la pequeña derribaron la puerta para poder ayudarla. Caperucita muy agradecida emprendió la demanda contra el lobo por agresión física y psicológica. Los guardias de seguridad arrestaron  al lobo y lo llevaron a la estación de policía, donde su juicio se llevará a cabo en estos días.
Después de este incidente, sacó a su abuelita del closet y juntas tomaron el desayuno tranquilas y felices.

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