En un
lugar, cuyo nombre no recuerdo, vivía un viejo hidalgo que soñaba en
conquistar el mundo con un escudero valeroso y fiel.
Un día
Don Quijote de la mancha decide ir en busca de aventuras a tierras lejanas.
Tomó su caballo Rocinante, empacó un par de camisas, pantalones y
desempolvó su olvidada armadura. Entró a la cocina, echó dos panes en una
mochila, ensilló su caballo y partió a la vía principal para tomar rumbos
inesperados. En el camino iba mirando los paisajes de toda la región
entretenido por los sonidos de los pájaros. A lo lejos escuchó sonidos. Como
defensor de los derechos, dio inicio a la búsqueda de donde provenían
dichos lamentos. Al llegar al sitio, cayó en cuenta que era de un gatito
que su amo estaba maltratando.
Inmediatamente bajó Don Quijote de Rocinante.
-¡Déjalo,
no lo golpees! –dijo el hidalgo.
-El
gato se está comiendo mis palomas y por eso estoy decidido a matarlo
-contestó el dueño.
-
Regálamelo –solicitó Quijote -. A este descortés lo corrijo yo de otra
manera.
El
dueño del gatito lo regaló y se libró del problema.
Montó
en su caballo y echó al gato en una mochila. Siguió su camino. Al rato de
estar cabalgando escuchó una voz con acento gallego que dijo:
“Gracias
por haberme salvado de mi malvado amo. Y te digo, tío, yo no era el
culpable de la pérdida de los pichones de paloma. La que se los comía era la
vieja perra cuando estos caían”.
-Deja
tú pasado atrás y da comienzo a una nueva vida- dijo el hidalgo.
Don
Quijote empezó a interrogarlo acerca de lo que sabía hacer. El gato comenzó a
contar su historia.
- Yo nací
en Madrid. Pertenecía a una guardia en el palacio de don Felipe de Asturias.
Soy espadachín y uno de los mejores de esta región.
-Eres
valiente y eso me encanta. Por eso te propongo algo: ¿quieres ser mi fiel
escudero?- dijo el Quijote.
-por
mí con todo gusto señor, ya somos dos los que vamos a rescatar hermosas
doncellas. - respondió el gato.
Señor
ya como estamos con más confianza dime “el gato con botas” ese es mi apodo en
las justas de Barcelona.
Ya
recorriendo muchos caminos y pueblos en uno de ellos escuchó un rumor de que
había una princesa encerrada en una torre y custodiada por un dragón.
Habló
con su escudero. Decidieron partir a esta aventura. Ya de tanto recorrer varias
provincias llegaron al sitio donde había un castillo abandonado. Al entrar al
palacio no escuchaban ningún ruido. Iban con cautela pero… despertó la bestia y
los descubrió. El gato con botas se quedó entreteniendo al monstruo. Mientras
don Quijote de brillante armadura iba en busca de la princesa, sabiendo
que se encontraba en la torre más alta del lugar. Se dirigió a una que vio a
primera vista y efectivamente dio con la que era. Así que rescató a la hermosa
princesa.
Después,
salió en la búsqueda de su amigo. Al encontrarlo lo dejó encargado de la
ella, mientras don Quijote seguía luchando con el dragón. Batalló hasta
cansarlo y hacerlo caer en un precipicio.
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